Un espía de la corte del rey Arturo debía entrar a un castillo para investigar cuales eran los planes de los enemigos, pero al llegar descubrió que las puertas del castillo estaban cerradas, así que se dijo: «¿Cómo podré entrar? Ya se, esperare y observare como entran los demás».
Se escondió entre unos matorrales y se quedo observando. Llego un soldado a las puertas del castillo, el vigía de la torre le dijo: «¡dieciocho!», a lo que el soldado contestó: «¡nueve!», y abrieron las puertas. Al poco rato llego otro soldado; el vigía le dijo: «¡catorce!» y el soldado respondió: «¡siete!», Llego otro soldado y el vigía dijo: «¡ocho!» y el soldado le respondió: «¡cuatro!», y abrieron de nuevo las puertas. El espía de Arturo, que había estado observando, pensó que lo tenia muy fácil para entrar; se acerco a la puerta; el vigía le dijo: «¡seis!», a lo que el espía contesto: «¡tres!». El vigía cogió un arco y lo mató.
¿Qué es lo que tenía que haber dicho el espía para entrar en el castillo? ¿Por qué?
Joel Ramírez dice:
No se