Tres sujetos A, B y C eran lógicos perfectos. Cada uno podía deducir instantáneamente todas las conclusiones de cualquier conjunto de premisas. Cada uno era consciente, además, de que cada uno de los otros era un lógico perfecto. A los tres se les mostraron siete sellos: dos rojos, dos amarillos y tres verdes. A continuación, se les taparon los ojos y a cada uno le fue pegado un sello en la frente; los cuatro sellos restantes se guardaron en un cajón. Cuando se les destaparon los ojos se le preguntó a A:
– ¿Sabe un color que con seguridad usted no tenga?
A, respondió:
-No.
A la misma pregunta respondió B:
-No.
¿Es posible, a partir de esta información, deducir el color del sello de A, o del de B, o del de C?